En los últimos años en México, al menos diez estados han dado un paso adelante para legislar la prohibición de plásticos, popotes y artículos desechables, medida que supone un reto para que la población migre a las opciones biodegradables y disminuya la generación de basura.

El estado de Jalisco se suma este 2019 a la lista de estados que buscan disminuir de manera gradual el uso del plástico y unicel para disminuir la contaminación que llega hasta los océanos y favorecer el medioambiente.

Mediante una legislación que acaba de entrar en vigor y que impondrá multas a partir de 2020, el estado pretende cambiar el uso de las bolsas de plástico por reutilizables; erradicar el uso de popotes y envases de unicel en los alimentos y bebidas, eliminar el uso de botellas de plástico, empaques de botanas y pan para sustituirlos por alternativas biodegradables.

De acuerdo con la organización Greenpeace México, los estados de Baja California, Chihuahua, Sonora, Durango, Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Jalisco, Ciudad de México y Nuevo León han modificado sus legislaciones para prohibir o regular el uso de bolsas de plástico, popotes o artículos de unicel.

Solo en el caso de Nuevo León la ley no se ha aplicado, mientras que en las demás entidades la normativa varía en tipo de sanciones y estrategias para inhibir la presencia de estos productos. También en ciudades como Tijuana, Aguascalientes y Querétaro se han implementado este tipo de iniciativas.

Dicha organización advierte que en México son utilizadas 650 bolsas de plástico al año en promedio por persona, con una vida útil de 12 minutos.

el reto de eliminar los plásticos es mayúsculo, pero no imposible. Diversas empresas como Greendishes y Greenpacks y algunas organizaciones han comenzado a generar y vender productos desechables biodegradables y a promover la idea de volver a los hábitos de consumo de los abuelos.

Su catálogo incluye vasos, platos, charolas y cubiertos de papel, de bagazo de agave, de maíz y semilla de aguacate, es decir biodegradables, recientemente ha producido plásticos oxidegradables, los cuales, al contacto con el oxígeno y agua se desintegran en un periodo de 24 meses.