Tras los altibajos de la convocatoria, su cancelación y reactivación, el Mandatario estadounidense se convirtió en el primer inquilino de la Casa Blanca en estrechar la mano de un líder de la familia Kim.
La reunión ha roto el aislamiento casi total que mantenía Corea del Norte con el mundo, aunque no despeja las dudas que rodean el proceso de desnuclearización en la Península.
Sin embargo, Estados Unidos ha optado por suavizar su tono de manera gradual que exigía un desarme completo, verificable e irreversible.
Las dos naciones crearon un equipo con expertos y personas de confianzas.
En norcorea la delegación la encabezó el general de cuatro estrellas y vicepresidente del país asiático, Kim Yong-chol, quien se reunió recientemente con el presidente de los Estados Unidos en Washingtong
Y por parte de estados unidos.
Mike Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos, es uno de los arquitectos detrás de la cumbre.
El político realizó dos viajes en secreto a Pyongyang cuando aún era director de la CIA, desde allí comenzó a acercar a Trump con Kim.
Pompeo es visto como un halcón del ala dura de la administración, que comparte las críticas de Trump al acuerdo nuclear con Irán, a la relación comercial con China así como la necesidad de mantener la presión sobre Corea del Norte.
Todo el encuentro fue a puerta cerrada y hasta el momento no se han revelado detalles de lo que se hablo en la reunión de los dos mandatarios pero sin duda es un evento histórico.