El Valencia trata de que la operación nueve sea lo menos dañina posible, y ahí entra el mexicano Javier Hernández.

A nivel financiero no permite muchas alegrías… sobre todo después de la eliminación en la Champions League que dejó un agujero difícil de cubrir en el presupuesto actual y a largo plazo, si el equipo no se vuelve a clasificar para la máxima competencia continental. Las opciones que se manejan para poder reforzar al equipo con ese nueve quedan limitadas.

Por ello, la intención inicial es la cesión de un delantero. Ese el objetivo principal. Tratar de salvar la temporada con un jugador que pueda solventar de un tiro los problemas con el gol que tiene este Valencia que lleva 15 goles en 17 partidos.

Por ello, se busca una solución a corto plazo. Tratar de fichar un delantero para seis meses. La intención no es hipotecarse más allá de junio de 2019. Es una operación temporal y en ese perfil se ha decidido como opción primera la de Chicharito. Pero el problema es cuando ha entrado en la negociación con el West Ham. El Valencia trata de que el vínculo con ese delantero que venga sea a corto plazo. Para apenas cinco meses.

Ahora bien, el mercado de enero es tan traicionero que puede dar una vuelta repentina. Y las decisiones se deben tomar casi con horas. De inicio al Valencia no piensa en la compra de Chicharito a largo plazo porque trata de solventar el problema de forma inmediata

Chicharito es un delantero que ha estado en la órbita del Valencia en los dos últimos mercados de verano. A Marcelino le cuadra ese tipo de ofensivo. Con olfato. Rematador. Delantero de área. De oportunista cosa que Michy Batshuayi no ha dado con ese perfil. El inicio de mercado del Valencia ha vuelto a ser frenético pero las entradas dependen de la salida de delanteros.