Después de casi 60 años los cubanos decidieron alzar la voz y enfrentarse al gobierno con intensas manifestaciones en la isla, tras un colapso de hartazgo acumulado.

Es la primera vez desde el famoso maleconazó de 1994, que tantos cubanos se dan cita para exigir libertad.

Las protestas se iniciaron en la ciudad de San Antonio de los Baños, en el suroeste de La Habana y, desde entonces, se extendieron en pocas horas en todo el país, por lo que en la tarde del domingo 12 de julio las calles estaban repletas de cubanos que suplicaban medicamentos, comida, libertad y no vivir más en una dictadura.

La respuesta del gobierno fue negativa como era de esperarse, pues el presidente Miguel Díaz – Canel dijo que no iba a permitir que, por influencias de estados unidos, su gobierno se venga abajo, por lo que mando “al combate”, citando sus palabras, a enfrentar al pueblo, que solo añoran una vida digna, en consecuencia, la agresión por parte de efectivos no ha faltado, así como no los detenidos.

El colapso llega en el momento en que la pandemia del coronavirus afecta importantemente y no solo por los contagios registrados y los muertos, sino que también la falta de turismo ha frenado la circulación de moneda nacional y la más importante la internacional.

El gobierno en gran parte culpa a la limitada tecnología que poco a poco se ha visto inmersa en el país, pues asegura que es utilizada por enemigos revolucionados que crean estrategias estabilizadoras.