El 1 julio del 2018 en el municipio de Salamanca, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales mas importantes en la historia de aquel municipio, aquellas, que solo prometerían un cambio de color en la administración, pero que, en esencia, serían mucho peor.

La historia comienza con el triunfo masivo de MORENA, el voto cascada en apoyo al partido de Andrés Manuel López Obrador, le dio la oportunidad a María Beatriz Hernández Cruz, de salir a tiempo del PAN, para dar el salto catapultante a MORENA y así lograr convertirse en la primera mujer alcalde del municipio petrolero, un logro aplaudido por todos en ese momento, pues su triunfo venia impregnado del aroma de la promesa de un “verdadero cambio”, sin embargo, nadie se imaginaba lo que ese cambio traería al municipio.

Todo transcurría aparentemente bien, como al principio de cada administración, la alcaldesa flamante en todos y cada uno de sus eventos, saludando a sus gobernados y su equipo de comunicación abierto a sus medios compartiendo méritos y logros de la primera munícipe. Quien se imaginaria que todo eso cambiaría, al literalmente prendérsele el foco.

El primer gran escandalo, que tumbaría del altar a la alcaldesa salmantina, llegaría con la compra de 22 mil luminarias en el año 2019, el problema, inició cuando se destapó la compra de estos artefactos a una empresa en el estado de Hidalgo denominada “Soluciones Móviles Hidalgo S.A. DE C.V”, empresa que luego de investigaciones, resultó ser un montaje, pues su razón social no coincidía con su giro verdadero, la cual era venta de celulares. La compra a esta empresa fantasma, desmontó un total de 13 millones de pesos que la propia Beatriz Hernández, se encargó de tratar de defender.

Su compra millonaria con materiales de baja calidad y cero protecciones para su mano de obra, no tardó en valerle las primeras criticas de los ciudadanos.

La polémica y las acusaciones se verían incrementadas, luego de la adquisición de su camioneta suburban blindada, que al principio, rentaba a la misma empresa, soluciones móviles a una supuesta empleada de nombre Jaqueline Vázquez, quien no podía justificar la propiedad del vehículo ya que ella percibía un salario de 6 mil pesos mensuales. Luego de esto y tras largos dimes y diretes con su comité de adquisiciones, Hernández Cruz decidió comprar la suburban al doble de precio, pagando por ella, 6 millones de pesos, mientras que el municipio atravesaba por la peor crisis de inseguridad.

Estos escándalos millonarios, hicieron que la propia Auditoria superior Del Estado de Guanajuato, voltearan a ver a la morenista, e iniciaran una investigación por desvió de recursos, aunque esto no la detuvo, pues también se le lograron comprobar gastos por mas de 250 mil pesos en comidas y reuniones en el restaurant “Aldebarán”, propiedad de su intimo amigo y presidente activo del comité municipal de agua, Francisco Jiménez, además de un desfalco de 80 mil pesos del presupuesto de egresos del 2019.

Si con esto no parecía suficiente, la alcaldesa aun tenia mucho mas que dar, al verse involucrada en escándalos de seguridad, sin duda los mas crudos y pesimamente enfrentados por la munícipe, pues durante 2018 y 2019, Salamanca vivió una de las peores crisis de seguridad, entre masacres y homicidios, teniendo una media de casi 60 asesinatos por mes y superando la cifra de 400 muertes por año.

Aun con toda esta carga, Beatriz Hernández, sumó también la salida de 06 coordinadores de seguridad, de los cuales 1 de ellos no contaba siquiera con las pruebas de control y confianza. Como si fuera poco, la alcaldesa decidió sacar a la calle a su primera generación de policías, sin un director establecido, y a los uniformados sin armas ni cursos suficientes.

Durante todo este tiempo, en lugar de buscar apoyos, la presidenta, sumó enemigos, entre ellos al propio gobernador del estado, con quien generó una fuerte rivalidad, al punto de rechazar la presencia de las Fuerzas de Seguridad Publicas de Estado, renunciando al apoyo de la FSPE quien, por la mitad de su administración, fungió como primer respondiente.

Con todos estos hechos y con la mirada del país entero puesta en Salamanca, Beatriz Hernández junto a sus aliados en el ayuntamiento, destituyó al contralor municipal Miguel Cordero Saucedo, quién meses antes ya habría iniciado una investigación interna contra la presidenta lo cual le valdría amedrentaciones y acoso a él y su familia.

En medio de tanto escandalo, Beatriz decidió que su mejor opción seria esconderse y no dar la cara, dejando así en el olvido a sus comerciantes quienes día a día, eran apaleados por las extorsiones y cierre de negocios, entre asesinatos dentro de los principales mercados, mientras que ella, se la pasaba comprando despensas a otros estados, como Tlaxcala, en lugar de apoyar a su comercio local

Ya ante los escándalos, a la alcaldesa decidió que su mejor arma sería el descaro, imponiendo a su hermano como parte de los regidores y justificando los asesinatos, como en el caso del periodista Israel Vázquez a quien re victimizó, responsabilizándolo de su propia muerte.

Aun con todos estos trapitos, el cinismo de la presidenta, llegó a su limite mas alto, hasta ahora conocido, al intentar reelegirse en las votaciones del 2021, primero con morena y al verse rechazada por este, decidió nuevamente brincar de color al Partido del Trabajo con el que finalmente, perdió la contienda.

Sin embargo, en su ultimo afán por dejar huella, la petista, morenista, panista, camaleónica Beatriz Hernández, decidió darse un lugar que no se merece, al colgar su fotografía en la exposición de “Ex presidentes de Salamanca”, donde queda impregnado el retrato de la peor administración que el municipio haya enfrentado, según sus propios ciudadanos y la encuesta mitofsky, que la posicionó en el lugar 99 de 100 de en la evaluación nacional de alcaldes.