El templo de Mellado fue construido en el siglo 18 con la finalidad de dar alojo a los frailes Mercedarios que cuando venían a Guanajuato a solicitar limosnas o apoyos para la redención de los presos y cautivos encontraban dificultades varias a la hora de buscar hospedaje en la ciudad, por lo que pidieron permiso a las autoridades para construir un convento y un templo en el mineral de mellado.

En su interior se pueden apreciar vestigios de las preciosas pinturas y frescos que cubrían sus muros y bóvedas, y que lamentablemente al día de hoy se encuentran sumamente deteriorados por la humedad que se filtra por las grietas que se producen según la gente de mellado por las constantes explosiones subterráneas que lleva a cabo la minera canadiense Great Panther Silver.

Algunas de sus bóvedas así como varios de los arcos en su interior presentan grietas de gran magnitud, que despiertan la preocupación entre los vecinos, de que el día menos pensado el hermoso templo, con todo y sus siglos de historia, pueda venirse abajo, como ya ha ocurrido con otros templos, como el de rayas, que se ubicaba a un costado de la mina de san Vicente, y del que ahora quedan solo ruinas.

En su interior se encuentra un hermoso y majestuoso órgano que aún funciona y que fuera construido a inicios del siglo 19. Mismo que en recientes fechas ha servido para ofrecer conciertos.

Durante abril del 2017 el gobierno del priista castro cerrillo realizó una muy pequeña inversión en el templo llevando a cabo la impermeabilización de la azotea del mismo con el fin de evitar las filtraciones, sin embargo este esfuerzo fue fútil pues la humedad sigue trasminándose y destruyendo el maravilloso interior del antiguo edificio religioso.

Un problema que mantiene en el olvido y el abandono a este hermoso baluarte de la arquitectura colonial, en la ciudad de Guanajuato, es el que los guías de turistas no reciben comisión alguna por llevar a los visitantes hasta este lugar, y prefieren dirigirlos a lugares como el museo de la inquisición y la casa de los lamentos que son solo atractivos de relumbrón y fantasía, dejando de lado a sitios tan maravillosos como lo es, este antiguo recinto de oración, que luce gran parte del año solo y abandonado mientras que esos “pseudo museos” están siempre a reventar, pues ofrecen la mitad del cobro de sus entradas a los guías que no se preocupan por dejar templos como el de mellado en la dejación.

Hace falta que el flamante presidente municipal Alejandro Navarro se dé una vuelta por esos rumbos y gestione una manita de gato a este edificio patrimonio de la humanidad que está en grave riesgo de venirse abajo.